La antigua ciudad de Tharros fue fondada por los Fenicios acerca del final del siglo VIII a.C. en la costa oeste de Cerdeña, màs precisamente en el Capo San Marco, extrema punta meridional de la peninsula del Sinis, màs o menos a 20 km de Oristano. La zona de las excavaciones està situada entre dos colinas: al norte "Su Muru Mannu" ("el gran muro") y al sur la colina de la torre de "San Giovanni", separadas por una sutil franja de tierra.
Fueron ciertamente la morfologìa del territorio y la posiciòn favorable a influir en la elecciòn del lugar de establecimiento de la que fue una de las mayores ciudades del Mediterraneo antiguo, que tuvo historia ultramillenaria: el hecho de tener el mar de los dos lados, al este y al oeste, permitìa a los barcos de eligir cada vez y segùn el viento el lado màs favorable para el anclaje. Ademàs, el Sinis ya era una zona rica de estanques y cultivos de cereales, tambièn carcterìsticas favorables al establecimiento humano.
La frecuentaciòn del area empezò ya en la época nuràgica, y despuès de algunos siglos de abandono llegaron los Fenicios, pues en la segunda mitad del siglo VI a.C. la ciudad pasò a los Cartagineses y tres siglos màs tarde a los Romanos. La crisis de Tharros empezò con la llegada de los Vandalos alrededor del III siglo d.C., y sòlo la època bizantina volviò a traer su gloria a la ciudad. Pero en 1070, la capital del Giudicato de Arborea fue trasladada a Oristano, y Tharros sufriò su abandono definitivo, hacièndose cantera para la construcciòn de la nueva capital.
Las ruinas de Tharros muestran entonces una estratificaciòn de diferentes culturas, aunque hoy la ciudad aparece mayormente en su aspecto romano, màs que por los testimonios punicos y medievales. Por lo que es de su estudio, tenemos que considerar que algunas de las ruinas son dificiles de interpretar, porque en ellas coexisten elementos que pertenecen a fases cronologicamente diferentes.
Al primer periodo nuragico (siglos XV-XIV a.C.) pertenecen las estructuras circulares en basalto, situadas sobre la colina de Muru Mannu, que son todo lo que permanece hoy del pueblo nuragico.
Sobre estas ruinas, los fenicios construyeron el tophet (utilizado a partir del siglo VIII a.C.), que hoy no es visible. Era el tìpico santuario de las ciudades fenicio-punicas que conservaba las urnas cinerarias de los niños muertos muy pequeños, consagrados al dios Baal y despuès tambièn a la diosa Tanìt. El tophet fue desmantelado por los Romanos, que utilizaron las stele (piedras sagradas) para hacer otras construcciones.
Pertenece a la época cartaginesa el templo de las semicolumnas doricas, o "templo monumental" (IV-III siglo.a.C.), y los restos de muros de cerco en piedra caliza. Tenemos tambièn la zona habitativa,formada por habitaciones y bodegas, el estilo punico se reconoce de la utilizaciòn de grandes piedras escuadradas sin utilizar cemento sino pequeñas piedras para rellenar los huecos.
El templo "de las dos columnas", que ha llegado a ser sìmbolo de Tharros, tiene al mismo tiempo despojos pùnicos y romanos, asì que la identificaciòn es muy difìcil.
La época romana nos ha dejado mucho: despojos de edificios, pavimentaciòn en piedra caliza, carreteras en basalto què todavìa tienen las huellas de ruedas de carros, el "castellum acquae" que alimentaba la fuente publica, el anfiteatro, la tres termas, el foro.
De época bizantina, cuando Tharros fue hecha sede del arzobispo (VI siglo d.C.), es el baptisterio, que presenta un balde baptismal, dos capitelos doricos y un asiento en piedra caliza.
La historia de las excavaciones del area arcqueològica de Tharros es tambièn larga: desde el siglo XIX fueron hechas muchas intervenciones, muchas veces sòlo para buscar tesoros, asì los objetos encontrados hacen parte de colecciones privadas y museos en todo el mundo, como el Louvre y el British Museum. Las excavaciones oficiales han seguido en el siglo XX hasta los años ’80.
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